EE.UU. y China rebajan la tensión, pero mantienen la amenaza de más aranceles


A su manera, Donald Trump ha enmendado el rumbo de su particular guerra comercial con China ante las presiones de las grandes empresas estadounidenses, de su propio partido y de sus aliados en el G-7. Tras la orden del viernes de aumentar un 5% los aranceles sobre productos por valor más de medio billón de dólares, el presidente norteamericano alabó ayer la disposición a negociar de su homólogo chino, Xi Jinping -«es un gran líder», dijo- y advirtió de que«grandes cosas van a suceder con China». A pesar de ello, el plazo de cinco días para aumentar esos impuestos sobre importaciones sigue en pie.

Según la Casa Blanca, la orden que Trump dio el viernes a las empresas estadounidenses de abandonar China provocó que el gobierno del país asiático contactara con Washington en dos ocasiones durante el fin de semana. «China ha llamado a nuestros responsables del área de comercio y nos han dicho que quieren volver a negociar. Es algo que merece mi respeto. Es un avance muy positivo para el mundo», confirmó ayer Trump en una conversación con periodistas de la que informó posteriormente el gobierno norteamericano.

Eso sí, el presidente norteamericano abogó por llegar a un «buen pacto para Estados Unidos» ya que si no, «no habrá acuerdo», incluyendo un dardo a la Unión Europea en la rueda de prensa posterior al encuentro en Biarritz (Francia) del G-7. «La UE es muy dura a la hora de llegar a un acuerdo, pregúntenle a Theresa May», señaló, para añadir que confía en poder llegar a un acuerdo con el bloque europeo sin la necesidad de imponer aranceles a los automóviles continentales.

Con el margen de tiempo para la negociación estrechándose, la Prensa oficial rechaza amenazas y advierte a las empresas estadounidenses del «suicidio» que sería marcharse del descomunal mercado chino, como les ha ordenado Trump. Aunque pocas compañías pueden tomarse en serio el tuit en el que lo dijo, los periódicos de la propaganda china recuerdan a través de editoriales y opiniones de expertos la quimera de los 1.400 millones de consumidores potenciales. Como ejemplo, el diario «Global Times», altavoz del Partido Comunista, cita al gigante automovilístico General Motors, que el año pasado vendió más coches en China (3,65 millones) que en su propio país (casi tres millones).






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